Peggy Guggenheim, la novia del arte del siglo XX

 

La familia Guggenheim, de origen judío alemán, llegaría a América para convertirse en millonaria a través de la minería. El patriarca Meyer Guggenheim tuvo once hijos, entre ellos Solomon R., cuyo nombre está grabado en la fachada de su museo diseñado por Frank Lloyd Wright; y Benjamin, quien moriría trágicamente durante el hundimiento del Titanic en 1912, dejando viuda a Florette Seligman y sus tres hijas; Peggy fue una de ellas.

Peggy creció en una familia llena de excentricidades y riqueza, por lo que estaba acostumbrada a hacer lo que quería. Al morir su padre en el Titanic, recibió una herencia de 2.5 millones de dólares que resultaba pequeña comparada con la riqueza de la familia Guggenheim. Al terminar sus estudios se mudó a París, donde conocería a Laurence Vail y se sentiría cautivada por su personalidad tan desapegada a las convenciones sociales. También en París conocería a Marcel Duchamp, Djuna Barnes y Tristan Tzara, así como prácticamente todos los miembros de la vanguardia parisina de aquellos años. Después, en Normandía, conocería a Nora y James Joyce y Man Ray, quien le haría un famoso retrato

La relación de Guggenheim con Vail se convertiría en un matrimonio y produciría un hijo. Pero era una relación atormentada y violenta con episodios de golpes por los que Peggy llegó a temer por su vida aunque aparentaba una vida relajada con reuniones que incluían a Ernest Hemingway, Jean Cocteau, Ezra Pound y André Gide. Después de una serie de episodios absurdamente violentos, lo abandonaría en 1928.

A partir de entonces y guiada por Marcel Duchamp, Peggy se dedicaría a coleccionar arte y amantes, que muchas veces también fueron los artistas. Posteriormente inauguraría una galería en Londres donde expondrían Wassily Kandinsky, Jean Cocteau, Yves Tanguy, Wolfgang Paalen, Henry Moore, Alexander Calder, Raymond Duchamp-Villon, Constantin Brancusi, Jean Arp, Max Ernst, Pablo Picasso y Georges Braque.

Cuando inició la Segunda Guerra Mundial, se vio obligada a cerrar su galería en Londres y se mudó a París donde aprovecharía el momento y la coyuntura para hacerse de muchísima obra de la que los dueños tenían urgencia de deshacerse. Después volvería a Nueva York y abriría una nueva galería llamada Art of this Century, y descubriría a los nuevos talentos norteamericanos entre los que se encontraba Jackson Pollock, quien debe prácticamente todo su éxito a las gestiones de Guggenheim.

Art of this Century Gallery

Art of this Century Gallery

Finalmente, Peggy volvería a Europa, esta vez a Italia, y establecería en Venecia su casa y colección. Es difícil saber a ciencia cierta cuántos de todos los artistas que conoció llegaron a ser sus amantes: ni ella misma lo recordaba o le importaba, pero se cree que cuando menos Max Ernst, Alexander Calder, Jackson Pollock. Lo cierto es que ella hizo más por el arte en su vida que varios museos juntos. Moriría en Italia, donde permanece su colección hasta nuestros días, en un palacio del Gran Canal.

Guggenheim en su mansión en Venecia

Guggenheim en su mansión en Venecia

Peggy Guggenheim, la novia del arte del siglo XXRetrato de Peggy Guggenheim, por Man Ray

 

Peggy Guggenheim escribiría en sus memorias:

Veo hacia atrás en mi vida con gran alegría. Creo que fue una vida muy exitosa. Siempre hice lo que quise y nunca me importó lo que los demás pensaran. ¿Liberación de la mujer? Yo era una mujer liberada antes de que hubiera un nombre para eso.

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