

En un mundo cada vez más digitalizado, ¿por qué amar la escritura a mano? A continuación, te compartimos cuatro razones para que de vez en cuando olvides todos tus gadgets, y tomes papel y pluma para crear la mejor de las historias: tu vida.
Una mejor impresión
Las relaciones humanas requieren amor. Una carta, por ejemplo, es una excelente forma de mostrar que se desea agradar a alguien, pues redactarla precisa mayor tiempo y trabajo a comparación de un correo electrónico.
Pluma estilográfica ‘Anello’ de la Colección Graf von Faber-Castell
Cosas reales
Muchos chicos, nativos digitales, sienten una especie de ausencia por cosas que pueden tocar, más aún, que pueden asociar con buenos recuerdos para colgarlas en la pared. Y es que si uno mira una pantalla durante horas, al final descubre que no tiene nada tangible.
Una actividad terapéutica
En vista de una creciente digitalización, lo análogo ha resurgido para satisfacer viejas necesidades. De hecho, es bien sabido que todo movimiento genera su antítesis. Actualmente, por ejemplo, algunas personas practican yoga o meditan. En esta vida tan agitada, la escritura a mano es sinónimo de relajación.
‘Lápuz oerfecto’ de la Colección Graf von Faber-Castell
Mejores alumnos
Daniel Oppenheimer, profesor de psicología de la UCLA Anderson School of Management, demostró que quien toma apuntes de manera tradicional aprende mejor que los que usan métodos digitales. ¿La razón? Puesto que los primeros no alcanzan a escribir todas las palabras, deben almacenar más material didáctico en sus cerebros; además, deben distinguir entre los elementos más importantes y los menos para anotarlos o no.