Wolfgang Tillmans comenzó experimentando con fotografías que se encontraba en la calle y que luego intervenía utilizando una fotocopiadora en su natal Hamburgo durante los años 90.
Cuando decidió estudiar y dedicarse con seriedad a la fotografía se convirtió en el primer artista no inglés en ganar un Premio Turner; a partir de entonces ha explorado el medio de la imagen fotográfica en todas sus facetas como ningún otro artista de su generación.

Una exposición recién inaugurada en la Tate Modern de Londres, nos deja ver el trabajo de Wolfgang Tillmans desde 2003 hasta la fecha, pero no es considerada una retrospectiva. Comienza a partir de 2003 porque es el año en que el mundo para Tillmans cambió sin remedio y su trabajo y su perspectiva personal adquirieron un cariz político a raíz de la invasión a Irak y los movimientos anti-guerra que se gestaron en diversas partes del mundo.
A partir de entonces su trabajo y opiniones tuvieron siempre un componente político, que quizá no es tan evidente, dado la belleza poética de las imágenes que nos presenta. Y es ese el valor de un artista como Wolfgang Tillmans: la capacidad de decir varias cosas al mismo tiempo con una sola imagen, y es además, un signo de nuestra cultura y momento actual.
Y es esa justamente la otra pregunta que la exposición intenta plantear a sus visitantes: ¿Qué deberíamos hacer o entender con el mundo en el que nos encontramos hoy? Cada una de las salas de esta exposición en la Tate Modern es un vistazo y una respuesta personal de Tillmans a la vida en este momento.
La muestra va del retrato al paisaje y a las naturalezas muertas de carácter muy íntimo tanto con fotografías abstractas como ángulos esculturales e inmersivos.














“La política es una parte de mi vida y siempre ha sido un interés personal, pero trabajar aquí día y noche por las últimas dos semanas me ha recordado de nuevo que hacer arte es realmente el centro de mi vida.”, señala Tillmans mismo sobre el trabjo de preparación de su exposición