A José Saramago le gustaba el mundo de las letras, pero no sabía que terminaría entregándose enteramente a él. Fue un escritor tardío que en 1998 fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura.
Nació el 16 de noviembre de 1922 en Azinhaga, una pequeña aldea al norte de Lisboa. Fue llamado como su padre, José de Sousa, y supo que también llevaba por nombre Saramago hasta los siete años, cuando tuvo que entregar su documento de identificación a la escuela.
Tuvo una infancia con muchas carencias, cuyos recuerdos los concentró en su libro Las pequeñas memorias (2006). Su primer libro, obsequio de su madre, lo escogió al azar, y se trató de El misterio del Molino de Joseph Jefferson Farjeon.
Saramago poco a poco fue alimentando su gusto por la lectura y comenzó con una formación autodidacta, al tiempo que cursaba sus estudio de cerrajería metálica en la Escuela Industrial Afonso Domingues de Lisboa; fueron dos años los que se dedicó a trabajar en este oficio.
Cuando se desempeñaba como jefe administrativo en la industria metalomecánica, Saramago publicó su primera novela (con 24 años de edad), intitulada Tierra de pecado (1947), y dos años más tarde, terminó la novela Claraboya, publicada en 2011.
Pasaron 19 años para que José Saramago volviera a publicar un libro. Mientras transcurría ese tiempo, regresó al mundo de las letras como editor literario. Su siguiente publicación: Poemas Posibles (1966).
Luego vendría a ser crítico literario y comenzó con su actividad política afiliándose al Partido Comunista Portugués.
Entre sus múltiples facetas, Saramago fue periodista. Publicó crónicas de prensa en el diario De este mundo y del otro y fue editorialista en el Diário de Notícias (1972). Se empezó a conocer el trabajo de Saramago con sus crónicas, artículos sobre teoría política y algunos poemas. Pero su legado literario comenzó cuando se quedó sin empleo en medio de una situación política tensa, ahí decidió a rendirse a la escritura.
Se trasladó a Lavre (1976), donde comenzó a trabajar en la novela Levantado del Suelo (1980). A partir de este libro su característica forma de narrar no se detendría.