El arte y la naturaleza siempre han ido de la mano, y por ello te compartimos algunas instalaciones que combinan ambos elementos. Flores, naturaleza muerta, formas orgánicas y una flor de loto de gran tamaño son los protagonistas de esta selección, cuyos autores transforman los espacios que nos rodean para hacernos conscientes de nuestro planeta.


Cassandra Warnery y Jeremy Floto plasman en fotografías sus esculturas, pinturas e incluso performances. Te compartimos esta hermosa serie titulada Clourant, la cual parece convertir grandes salpicaduras de color en objetos brillantes que flotan en el aire durante unos segundos.


A través de materiales reciclados de una fábrica urbana, Henrique Oliveira creó la instalación Transarquitetônica, la cual consiste en piezas que aparentan ser raíces, pero que al final toman forma de pedazos de madera en un cuarto blanco. El objetivo es que el espectador viva una experiencia sensorial impactante en la que la arquitectura, el hombre y la naturaleza mutan para dejar atrás las formas orgánicas.


Steve Tobin es un artista reconocido internacionalmente por sus fuertes e impactantes interpretaciones escultóricas. Los temas centrales de su trabajo son la naturaleza, el orden contra el caos y la relación causa y efecto. Con esto, Tobin remite al espectador a un espacio orgánico donde brotan raíces elevándose al cielo y simulando ser árboles que lo rodean.


Las instalaciones de la artista Rebecca Louise son famosas por transformar espacios mediante cientos o miles de flores colgantes. Ella ha trabajado con materiales orgánicos durante 17 años, práctica que implica una exploración constante de la relación entre la naturaleza y el ser humano.