¿Cuántas personas crearon la Nueva Visión de la generación beat? Cuatro ¿Cuántas personas hicieron el manifiesto Dada? Seis ¿Cuántas personas se necesitan para crear un movimiento artístico? Una.
La sensación de inseguridad en Latinoamérica es algo que vivimos todos los días; altos niveles de homicidios y violencia se han registrado en la mayoría de los países, la delincuencia, el hampa, los carteles hacen que la sangre de miles de latinoamericanos se derramen en las calles. Es por eso que nace El Sangrismo en una insaciable lucha por volver el terror en arte; constituye una corriente que ha sido capaz de conectar el reconocimiento esencial de la condición humana, principalmente a través del amor a la mujer desde una perspectiva creativa, pues en la mujer yace el origen de lo que somos y de lo que podemos ser.
Sangrismo porque es la palabras más precisa para definir lo que está naciendo en un periodo histórico convulsionado y nefasto de la historia Venezolana y Latinoamericana. Periodo donde el temor, la confusión y la muerte se han vuelto lo cotidiano.
‘’Temor’’ ha reinado por mucho tiempo, es momento de que ‘’Amor’’ tome su lugar con una profunda convicción creativa.
Para poder hablar del Sangrismo hay que nombrar primero el Sangridismo, la importancia de esto es que si se ignora cómo surgió podemos caer en el olvido. El pasado y el futuro tienen que armonizar en el presente.
‘El Sangridismo es tatuarte el infierno en la piel y quitárselo con las uñas, es el reto de las tempestades artísticas. El Sangridismo es una prueba del ego, una prueba de superación, quien tome el brebaje obtendrá su merecida paliza, pero no se asusten, sólo sean fuertes, sean ustedes mismos y acepten cada momento como perfección absoluta.
El Sangridismo no es un sistema, es un hecho.
¿Cuándo empezó? es difícil de saber, comenzó antes de que existieran siquiera los animales y las plantas, el viento no soplaba y las montañas no habían llegado, cuando sólo existía el vacío totálico; en esos tiempos la Gran Mente Universal apenas soñaba con jardines y océanos majestuosos, todo era oscuro y lleno de luz colosal. Del propio abismo se podría decir entonces que surgió, y surgió como una pincelada, y como una pincelada, y como un canto a la nada, dando lugar a una creación poética. Nosotros somos apenas sus nuevos portadores, pero ha habido millones a través del tiempo y el espacio.’’ –Palabras de Bol Pereira.
Bol Pereira, quien iniciara este movimiento comenzó trabajando con Barbara Pavlova y el fotógrafo Yiste, uniéndose después Pericles Sánchez, quienes crearon la primer obra sangridista ‘’Barbacana de los Bantú medio no tan occidentales’’.
Barbacana de los Bantú medio no tan occidentales
Tras un largo período tumbático, el Sangridismo dio su último aliento, Bol Pereira empezó a trabajar con Flóres Soláno y mutó en El Sangrismo, cambiando de piel.
Flóres Soláno nació en Caracas, Venezuela en 1988 y fue llamado Alberto.
Desde niño hizo dibujos en cuadernos y blocks, siempre tuvo la inquietud de expresarse usando trazos. Nunca fue educado para tal fin, ni vivió en una familia con alguna relación a las Bellas Artes; su acercamiento al arte se realizó de manera espontánea y autodidacta. Después de graduarse en la universidad como licenciado en administración comercial trabajó cinco años en las oficinas del ministerio de comercio de Venezuela hasta que en el 2014 decidió dedicarse exclusivamente a sus capacidades creativas. En ese momento la pasión se volvió el modo concreto de su vida y autorrealización.
‘’Mi amor por la mujer me ha llevado a sumergirme en la novedad de un fenómeno artístico bautizado como Sangrismo Americano. Donde la condición humana se desnuda ante nosotros y la joven mujer americana actúa como principal protagonista ’’Apunta Flóres.
En las pinturas de Flóres Soláno la mujer es el punto de partida y columna vertebral de un conglomerado de postulados que lo han llevado a un lugar común; es momento perfecto para reencontrarnos con nosotros mismos, entender lo que somos y descubrir lo que podemos ser. Esa sensibilización es el proceso que puede equilibrar una balanza que está totalmente desviada hacia el lado de la oscuridad, terror, confusión, violencia… y muerte. Por eso ha sentido sin lugar a dudad que la Venezuela de comienzos de siglo es el lugar donde debía emerger este asunto.
Las obras místicas y apasionadas del Sangrismo han sido mostradas en lugares como Caracas, Anzoátegui, Valencia, Barcelona y Panamá.
Por otro lado las obras de Bol Pereira hablan del mundo y del hombre en sus conflictos existenciales, en sus esquizofrénicos desenlaces mundiales. Algo que suele hacer mucho es ser él mismo su propio arqueólogo, aunque suene arrogante es más un asunto de investigación, el mismo se observa exageradamente, se estudia, inclusive sus movimientos físicos, quiere y siente que se puede lograr conectar los dos mundos, el mundo de los vivos con el de los muertos, es una búsqueda que se ha propuesto y que le costará años de tormentas y tempestades, de aciertos y triunfos, pero también de errores, lo importante es siempre reflexionar y no rendirse, siempre luchar y seguir adelante. No hace mucho decidió morir en pie y no en pena, incluso si tiene que tener un ojo psicodélico y otro puesto en tierra.
El camino del Sangrismo es amar sin temor.