Seguramente, nunca imaginaste que la comida también es una obra de arte. Y es que además de cumplir una necesidad fisiológica, ha sido motivo de obsesión de muchos artistas.
Desde los bodegones españoles, las naturalezas muertas holandesas, los excéntricos rostros –formados por frutas y verduras– de Arcimboldo y los tableaux de Daniel Spoerri hasta las degustaciones públicas del pad thai hecho por el mismísimo Rirkrit Tiravanija, son sólo algunos ejemplos que demuestran que la comida ha estado presente a lo largo de la historia del arte.
1. Daniel Spoerri
Con la aparición del collage, el assemblage y el ready-made, los artistas dejaron de lado la representación, e introdujeron directamente los objetos reales en sus obras. Los alimentos no fueron una excepción.
Bautizado por Spoerri, el Eat art fue un movimiento de los años 60 caracterizado por transformar la relación entre la comida y el arte, haciendo de aquélla su medio de creación, y al mismo tiempo el soporte de la obra.
Además de llevar a cabo happenings en torno a la comida como vender latas de comida en una galería en Copenhagen bajo el título de Atención: Esto es una obra de arte, cocinar para los visitantes de la galería, o abrir su propio restaurante en Düsseldorf, este artista de origen rumano se dedico a narrar sus experiencias culinarias en su libro: Itinerario Gastronómico.
2. Rirkrit Tiravanija
A pesar de no haber sido el primero en cocinar para el público –en su primera exposición individual ofreció una degustación de pad thai–, desde entonces este artista de origen tailandés ha sido considerado el mejor exponente de la estética relacional, concepto introducido por el teórico francés Nicolas Bourriaud.
3. Lennie Payne:
En lugar de usar soportes tradicionales como el lienzo o la madera, este artista londinense utiliza pan de molde para realizar todo tipo de imágenes. Mediante las distintas tonalidades generadas por la misma tostadora, Payne ha creado un nuevo modo de producción artística que ha denominado Toast art.
Su aspecto pop se traduce, casi siempre, en la ejecución de retratos compuestos por un políptico de pan tostado cubierto de una resina de silicona que garantiza su conservación.
4. Rosalia Banet
La comida es otra de las constantes en los proyectos de esta artista doctora en bellas artes por la Universidad de Vigo, cuyas instalaciones recrean el sistema alimenticio para representar la sociedad del hiper-consumo.
Para Banet, el acto de comer, hoy en día, no sólo implica el nutrirse, sino también cuestiones sociales, políticas, económicas y medioambientales.
5. Vik Muniz
Mucho antes de que se hiciera famoso por su colaboración en el documental Waste Land –nominado para el Oscar como Mejor Película Documental–, este artista visual brasileño empezó trabajado en un supermercado.
Su obsesión por los desechos de alimentos lo ha llevado a crear imágenes de materiales comestibles seleccionados según la relación específica que mantienen con el sujeto o tema representado.
De tal manera, así como utiliza azúcar para retratar los niños de las plantaciones de caña en la isla Saint Kitts, recreó la Mona Lisa a partir de mermelada y crema de cacahuate.





















