El arte urbano se ha encargado, sobre todo, de denunciar los efectos devastadores de la acción humana sobre el ambiente y en este caso, es la escultura de Courtney Mattison la que intenta hacer más visible la destrucción de los arrecifes de coral.
Es muy complicado que, viviendo incluso en la playa, podamos ser testigos de la extinción de grandes áreas de arrecifes a causa de la contaminación o la acción humana. Por ello, esta escultora ha decidido trasladar a los arrecifes a las paredes y mostrar cómo han perdido su color.
Las esculturas están hechas con cerámica y Mattison crea grupos de arrecifes, unos con colores vivos y otros totalmente en blanco, para mostrar el avance de la destrucción.
La escultora desea influir en los espectadores para apreciar la belleza frágil de los ecosistemas de arrecifes de coral en peligro de extinción.
Amante de los mares y océanos, Mattison ha creado otra serie sobre la fauna marina con esculturas en cerámica de anémonas y esponjas, que también sufren por la contaminación.
La pieza nos pide que imaginemos la difícil situación de estas criaturas submarinas cuando la temperatura del mar comienza a elevarse, preguntando dónde podrían migrar una vez que sus hogares se han vuelto inhabitables.
La artista con sede en Denver estudió Ecología marina y cerámica en el Skidmore College y obtuvo una Maestría en Artes y Estudios Ambientales de la Universidad de Brown. El año pasado fue nombrada como uno de los “100 Héroes de los océanos” por la Origin Magazine.
Es probable que uno de los temas más abordados hoy en día en el arte sea el de la destrucción del medio ambiente y los cambios ecológicos que la contaminación provoca.