La Galería William Secord, en Nueva York, se ha especializado durante más de 25 años en la venta de pintura y escultura del siglo XIX y XX con un solo tema: perritos.


Esta galería, única en los Estados Unidos, se inauguró en 1990 y desde entonces se ha posicionado con un flujo de ventas sostenido y la publicación por parte de su dueño, William Secord, de cuatro tomos que exploran la historia de las representaciones caninas en el arte a través de los siglos


Las pinturas de perros se popularizaron en Inglaterra durante el siglo XIX —territorio reconocido por la creación y establecimiento de nuevas razas de perros— en medio del periodo de gobierno de la Reina Victoria quien era una devota amante de los canes. Se sabe que tenía cerca de 75 de ellos en su perrera y que empleó a pintores reconocidos de su época para inmortalizarlos en óleo.


A partir de entonces, la tradición de retratar a una gran cantidad de canes se expandió por todo el territorio inglés y gran parte de Europa, con obras que en la actualidad pueden llegar a alcanzar los cientos de miles de dólares.


Dentro de la pintura de perros existen además dos tradiciones: el retrato en pose y la pintura en movimiento, cada una enfocada en destacar las diversas cualidades de las distintas razas de perros.


La galería cuenta además con información histórica del desarrollo de las razas de perros, que sirve para autentificar las obras dado que muchas razas pueden ser de reciente creación; también se pueden comisionar trabajos a los artistas contemporáneos con quienes la galería lleva ya muchos años colaborando.

