Alexander Calder un innovador anacrónico

Hace unos días, vivimos el 40º aniversario luctuoso de Alexander Calder, quien con sus innovadoras esculturas continúa marcando y enriqueciendo tanto a nuevos artistas como a espectadores.

Su talento lo llevó a crear un nuevo tipo de escultura en el que el movimiento era el elemento paradigmático y principal de sus piezas.

Alexander Calder

Su trabajo escultórico se forjó desde su infancia, rodeado de una familia en la que sus padres y abuelo eran artistas. Desde pequeño, hizo juguetes y joyas para las muñecas de su hermana. Asimismo, sus estudios en ingeniería mecánica y formación artística, que comenzó en la Asociación de Estudiantes de Arte de Nueva York, influenciaron su legado.

Con su llegada a París en 1926, explotó su creatividad, y fue rodeado de artistas que lo inspiraron profundamente como es el caso de Joan Miró. Figuras de animales, plantas y de fenómenos naturales recurrentes en el trabajo de este pintor español son retomados por Calder, además de la sensación de encontrarse suspendido en el aire.

 

Alexander Calder

Joan Miró

Las esculturas que Calder creó son de dos tipos: los móviles, así bautizó Marcel Duchamp este tipo de piezas, y los stábiles, figuras estables que Calder llegó a realizar en grandes dimensiones.

Los móviles son estructuras colgantes impulsadas por un motor o el aire, y consisten en piezas metálicas orgánicas como la escultura Arco de pétalos (1941).

Creaba un equilibrio dinámico con piezas simples que cambiaban con el movimiento, obras orgánicas con un sentido efímero. Se decantó por la abstracción, influencia de Piet Mondrian. Su propuesta resultó toda una renovación estética en una época en la que los espectadores estaban acostumbrados a piezas estáticas.  

Alexander Calder

Alexander Calder no sólo cambió la forma de ver el arte, también el proceso creativo con el uso de materiales más modernos y dinámicos como el hierro y el acero; antes de estos era común que los artistas forjaran sus esculturas en bronce.

Alexander CalderAdemás de la escultura, Alexander Calder diseñó joyería y juguetes, entre ellos tableros de ajedrez y un circo en miniatura, recuerdo de los días en que acudió al Circo Barnum en París.

Si quieres conocer personalmente sus trabajo puedes visitar la explanada del Estadio Azteca, sitio donde se encuentra la escultura Sol rojo, un proyecto hecho para los Juegos Olímpicos de 1968 y la pieza más grande que hizo.

 

Fuente Original

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